Por fin he podido visitar La Pensión de las Pulgas, el segundo teatro que abren mis amigos José Martret y Alberto Puraenvidia, con la obra de teatro MBIG. Primero de todo, gracias chicos por vuestra mención en los agradecimientos, acabo de descubrirlo en el programa de mano al llegar a casa. De haberlo descubierto allí me hubiera dado mucha vergüenza. Gracias a vosotros por inventar esa nueva forma de hacer teatro y por continuar apostando por él.
En cuanto al espacio, sólo puedo decir BRAVO. Os habéis superado. La casa de la Portera estuvo en boca de todo Madrid, pero es que esta vez vais a cruzar fronteras. El espacio es impresionante, de veras. Se pagaría entrada muy gustosamente sólo para poderlo visitar. No explico nada porque es imprescindible disfrutarlo con tus propios ojos.
En cuanto a la obra escogida para su inauguración quiero comentar varias cosas. Primero de todo, me encanta que haya sido nuevamente un "grande" entre los grandes, sin pudor a quedar grandilocuente. Sin importar el "miedo" que da al espectador meterse a ver una obra de teatro de más de dos horas. Sin necesidad de revisar excesivamente el texto para poderlo adecuar a los tiempos actuales. Un gran acierto escoger el tema de la codicia y la ambición en los tiempos que corren, donde parece ser uno de los valores prioritarios, al menos para la clase dominante. Muy gratificante visualmente emplazarlo en la estética americana de los años 50. Una ventana abierta para la ficción televisiva española enseñar que también se puede hacer estética de época sin necesidad de ser la propia.
El equipo de actores muy bien escogido. Creo que todos están muy bien. Quedo muy contento con el trabajo de los protagonistas Fran Boira y Rocío Muñoz-Cobo. Actuar con textos antiguos y no resultar aburridos requiere de buenos profesionales. Quiero destacar lo agradable de encontrarse de nuevo con Rocío Calvo y Maribel Luis (también en Ivan Off, la primera de la Portera), pero es normal que contéis con ellas, son unas "monstruas".
Habéis crecido como tocaba, sin duda. Esta vez mucho más tecnificados, mucho sonido ambiente, efecto luminoso...sin duda te sientes dentro del rodaje de una serie. Y es que esa es para mí la clave del teatro que hacéis, que te hace sentir dentro de la ficción. Y me encanta.
Y para que no se diga que sólo hago elogios, y no caer en lo que yo mismo siempre reprocho a los críticos "que no critican", ahí va. Me ha sobrado algo de tiempo en algún acto que se lo hubiera cedido al último, donde todo se precipita demasiado rápido para poder imbuirse de emotividad, moraleja o conclusiones. De las de llevarse de deberes a casa.
Larga vida a los proyectos de Jose y Alberto!
Rubén Hernández