La misma habilidad que demostró Goldoni para evolucionar los personajes habituales de la Commedia dell'arte a personajes menos extremos del teatro moderno, demuestra Lluís Pasqual para reubicar un texto del S XVIII en la Catalunya de los años 30.
Un casting de lujo convierte inevitablemente la obra en IMPRESCINDIBLE.
Rubén Hernández
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