martes, 29 de enero de 2013

Las Huérfanas


Aprovecho mis visitas a Madrid para ver lo que José Martret y Alberto Puraenvidia van teniendo el buen gusto de programar en La Casa de la Portera.  Me habían chivado algo sobre la obra de Miguel Albadalejo (que si estaba escrita para Lolita y Charo Reina, que si era muy divertida, que si era muy intensa...).  Sabía de la complicidad que existe cuando Calvo y Martret se ponen el uno frente al otro, así lo demostraron en Taboulé.  Así que, aterricé en la ciudad, dejé la maleta en casa y directo al la calle Abades número 24.

Las expectativas perfectamente cubiertas.  Un trabajo fantástico de ambos actores, donde en ningún momento reparas en que las huérfanas tienen barba y cuerpo de hombre, ya sea de niñas inocentes, de maduras resabiadas o de relajadas ancianas.  Destaco que, frente a lo intenso y quizá violento de según qué partes del texto, es imposible eliminar del ambiente la ternura de la unión entre dos personas.  Dos personas  que deciden ser compañeras de viaje, para cubrir aquéllo que la vida les negó desde pequeñas.  Dos huérfanas que forman familia.

Rubén Hernández

miércoles, 23 de enero de 2013

BLACKBIRD


Un gusto ver una obra de teatro con una temática tan arriesgada, los abusos sexuales a menores.
Un gustazo si el punto de vista no es necesariamente el incriminatorio, tan sólo expositivo.
Un auténtico placer si quien nos lo expone es Lluís Pasqual dirigiendo a dos magníficos actores.  Mi más sincera enhorabuena a ambos.  No sé cómo demonios se puede estar durante casi hora y media al límite de las emociones mientras se pasea por un texto tan extenso.  Y que no me digan que es porque se meten dentro del personaje y lo viven y bla, bla, bla.  En la primera tanda de aplausos ninguno de los dos vislumbra sufrimiento, lágrimas ni abandona la sonrisa de satisfacción del trabajo bien ejecutado.  Lo que son es unos "pedazo de profesionales".  Bravo!

PD: Está bien, Paco, cuando vaya al teatro contigo no iré en chándal....es que todo el día en traje...

Rubén Hernández

viernes, 11 de enero de 2013

LOS HIJOS SE HAN DORMIDO


De momento, aunque ya no crea que es Dios, sigo intentando ver todo lo que el señor Veronese decide hacer en Barcelona.  Lo he gozado con actores argentinos, lo he disfrutado con actores catalanes, ahora me tocaba con actores españoles, y de entrada con muchas ganas para alguno de ellos (Diego Martín por guapo y buen actor, Ginés García Millán por ser el actor que mejor encarna papeles de malo en este país, Malena Alterio por hacer todo creíble y perfecto...).

No es necesario que ensalce las virtudes de Txèkhov, ni que diga que la versión de Veronese es muy buena.  Es recomendable ir a ver la obra, en general está bastante bien, pero hay ciertos aspectos para mí inadmisibles:

  • El trabajo de escenografía junto con las dimensiones enormes de la sala no permiten la introspección que requiere un Txèkhov.  En un primer momento he pensado que quizá era culpa de los actores, que quizá habían pasado demasiado de puntillas por los personajes....pero no lo tengo claro.  Si trato de pensar en ellos por separado sí me han gustado.  Quizá la obra sea demasiado breve para haberse recreado más....
  • Gran error de casting con Pablo Rivero y Marina Salas.  ¿Quién fue el transgresor que decidió coger a actores de tele y reciclarlos para un Txèkhov apúntandoles a un taller de porno para aprender a declamar?  Si eres de teatro y pasas a tele, al volver al teatro eres un valor añadido, comercialmente hablando.  Si eres de tele y pasas a teatro, deberías tener algo de pudor y no lanzarte al ruedo a puerta gayola.  Es mi opinión, claro, esto es un blog.

Rubén Hernández