Joan Ollé le "enchufa" larga vida al teatro. Lo mismo trae al TNC el españolismo de un Lorca, que se lleva a Mérida al Espriu más reivindicativo. Repasa al obligado Txekhov o teatrealiza al best-seller Cercas. Y siempre con el objetivo de entretener. Si tuviera que mejorar su producto, le pediría un poco de poso a sus montajes. Pero parece ser que es de esos profes buenos que no te pone deberes para casa.
Ver este Shakespeare tan divertido y con un casting tan bien encajado, me hace recordar que si vuelven a "poner" su "À la ville de...Barcelona", seguro que enredo a alguien para ir y volver a gozarlo.
Rubén Hernández
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