Cuando me preguntan acerca de si no me gustaría haberme dedicado profesionalmente a otra cosa, entre mis opciones siempre aparece la de haber sido editor de una revista de moda y tendencias. En mi respuesta argumento mi admiración por la moda y la belleza, así como la vida que imagino vendría asociada a la profesión. Pues esa vida, es exactamente la que tuvo Diana Vreeland. Y si queréis saber en qué consiste, mejor que meterse en la sección de modapedia de vogue.es, es irse al teatro Akadèmia y ver a Carme Elies recreándola con su elegante interpretación.
Esta vez sí que quedo bien satisfecho de recuperar asignatura pendiente del curso pasado.
Rubén Hernández
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