jueves, 25 de octubre de 2012

PRESENCIAS


Reconozco que soy un "clásico" en esto del teatro.  Me gustan las obras a la antigua usanza, con una historia que empieza, se desarrolla y acaba.  Con una escenografía completa, evidente.  En un teatro grande y con solera.  Viviendo en Barcelona, hace ya tiempo que tuve que coger gusto a otro tipo de teatro, sin grandilocuencias escénicas, mucho más conceptual que clásico y con mucho mensaje y reflexión posterior.

Por mi relación de amor con Madrid, estoy empezando a adaptarme a las nuevas corrientes (forzadas por los tiempos de crisis) en las que más que ir a ver una obra de teatro, te conviertes en asiduo a un espacio que te aporta algo más, que admiras por su manera de enfocar el arte, con el que en definitiva, estableces vínculos afectivos.  En mi caso, y hablando de La Casa de la Portera, porque es de mi "hermano" Alberto Puraenvidia y su socio Jose Martret.

He aprovechado un viaje relámpago para ver algo que tenía pendiente, Presencias de Benja de la Rosa.  Conozco desde hace poco a Benja, pero entiendo muy bien su tipo de humor.  Su reírse de todo, empezando por uno mismo, aplicando siempre a igualdad de dosis excentricidad surrealista con chavacanismo folclórico.  Presencias es eso.  Pero además es la prueba de que un espacio creado para representar un Chéjov puede dar cabida a algo diametralmente opuesto, sin pretensión más allá que la de entretener a esos "adictos" a este espacio amigo que queremos ver todo lo que allí se programa.  Rascando un poco, tiene además mensaje.  ¿Psicopatologías actuales de las que reirse....como remedio casero? O igual es que yo soy tan profunda como la Mazagatos......

En las presencias del martes 30, presencia invitada Laura Put.  Gracias Benja por hacernos reir a Gustory Spelling.

Rubén Hernández

domingo, 21 de octubre de 2012

PÀTRIA


Lo que ha hecho Jordi Casanovas con esta obra podría a priori juzgarse como un vil acto de oportunismo.  Podría considerarse también un acto de provocación extrema estando el "patio" político tan revuelto como lo tenemos.  Correríamos también el riesgo de considerar que podría ser un "peñazo" en toda regla viendo en el programa que dura más de dos horas...

Sólamente puedo recomendar encarecidamente que se vaya a ver esta joyita contemporánea.  El trabajo de los actores es súmamente creíble.  El ritmo de la obra está marcado a la perfección.  Pero sobre todo destaco la historia, es deliciosa.  El establecer paralelismos entre los sentimientos patrióticos y las manifestaciones del arte (en este caso la pictórica, con una preciosa historia inventada) me parece uno de los efectos más bonitos y fuertes que he visto nunca.  Gracias Jordi Casanovas.  Ahora creo tener mayor sentimiento de patriotismo del que nunca he tenido.  Y no especialmente hacia una tierra.

Rubén Hernández

lunes, 8 de octubre de 2012

Ruddigore



Me encanta que Amparo me invite al teatro, siempre es para ver algo interesante.  Esta vez me dio un poco de "miedo" cuando me dijo de ver un musical entre semana.  Su aclaración de que era un "musical de pequeño formato" fue perfectamente descriptiva.  Ruddigore es un plan perfecto para acabar la jornada con buen sabor de boca.  La compañía Egos Teatre ofrece todo lo que se puede pedir a este tipo de piezas: buenas voces, buenas interpretaciones, vis cómica.
Así da gusto retomar el buen hábito tras la época estival.  El hábito del teatro.

Rubén Hernández