jueves, 20 de marzo de 2014

El Caballero de Olmedo


Muy a favor de que se estén representando en los grandes templos del teatro catalán obras de autores españoles en su idioma original.  Atrás parece que quedan aquellos tiempos en que valía programar cualquier espanto con tal de que fuera en la lengua de nuestra tierra.

Quiero aplaudir la propuesta de Lluís Pasqual para esta obra de Lope de Vega, pues contiene ingredientes de muy buena calidad que aseguran un buen caldo: Texto original para mantener esencia, ausencia de vestuario para dar sobriedad, coreografía escénica para aportar modernidad, música en directo para dar efecto, flamenco para imprimir carácter... 
Muy acertado escoger a Franciso Ortiz (el actor guapo y con registro más clásico) para el personaje antagónico, permitiendo así mayor lucimiento coral.  Errado a mi criterio el cásting de las actrices jóvenes, de quienes ni recuerdo el nombre, ni la cara ni tan siquiera el texto.  Un error también hacer que Pol López desarrolle su personaje en un registro de "andaluz rajao" entre castellanos perfectos, tan sólo para así asegurar ser el "gracioso" de la obra; el chico tiene talento de sobra como para poder haber hecho el personaje en un registro más cercano a él y brillar como siempre lo hace.  Magnífica Rosa Maria Sardà, de la que sólo hay que decir que es perfecta haciendo de ella misma en cualquier papel que aborda.
Veredicto: Muy recomendable.

Rubén Hernández

lunes, 3 de marzo de 2014

Doña Rosita la soltera


No voy a escribir más que unos comentarios breves, por tratar de emular la simpleza y elegancia del texto de Lorca:

  • Elegante ironía y metáforas para criticar la sociedad y costumbres de inicios de S XX
  • Magnífico trabajo de los actores, especialmente Carme Elías y Mercè Arànega
  • Sorprendente un Lorca desarrollado en Granada en un perfecto castellano
  • Despliegue de medios en vestuario, austeridad perfecta en escenografía
  • Nefasta elección de Albert Triola para hacer de joven heterosexual
Muy recomendable.

Rubén Hernández

viernes, 28 de febrero de 2014

HÉCUBA


Una vez escuché una entrevista en la que Concha Velasco explicaba que había dos versiones sobre lo que le sucedía a un actor con el paso de los años y los personajes que ha ido interpretando.  No recuerdo a quién asignaba cada una de las dos teorías (me suena que fueran Mastroianni y un español, pero no puedo asegurarlo).  Una de las teorías es que el actor nace vacío y se queda con una parte de cada uno de los papeles que interpreta, convirtiéndose así en un loco con múltiple personalidad a la vez que en un sabio humanista.  La otra teoría es que el actor va desgarrándose a lo largo de la vida y deja parte de sí en cada uno de los personajes que va interpretando, llegando al final de sus días como una persona vacía y derrotada.

Mi teoría es que hay dos tipos de actores.  Concha Velasco, y el resto.  Entre el resto se pueden encontrar buenos actores, actores mediocres, actores mal dirigidos, actores excesivos, actores comedidos, actores peculiares, actores anodinos, actores correctos, actores profesionales, actores sorprendentes......actores de todo tipo.

Gracias Concha por no retirarte nunca.

Rubén Hernández

lunes, 27 de enero de 2014

Un enemic del poble


Aún estoy en éxtasis porque creo que anoche vi la mejor obra de teatro de la temporada.

No conozco el original de Ibsen como para saber si Miguel del Arco ha tenido que modificar mucho el texto para conseguir que sea tan absolutamente actual, pero lo haya hecho o no, ha conseguido llevar a escena todos aquéllos factores que rondan por mi cabeza cada vez que trato de analizar la terrible situación de agotamiento del modelo socio-económico-político en el que vivimos actualmente.  Antes de la función ya estaba hablando sobre el tema.  Durante, se me acumulaban los pensamientos a recordar para seguir comentando.  Al salir, necesité comentar con quienes me acompañaron.  Ahora insto a mis amigos a que la vean para continuar.  Esto es lo MEJOR del teatro.

El elenco de actores está brillante, destacando a Pere Arquillué i a Roger Casamajor.  El ritmo buenísimo (ahí debe haber metido bastante mano el director, pues no es precisamente una característica de las obras de Ibsen).  La escenografía muy potente, impactante pero no grandilocuente.  Por poner alguna pega, quizá un poco innecesario la aparición de canciones (no logran captar atención como para saber si explican algo de la historia), aunque para el cambio de escenografía no molesta.

Sin más, IMPRESCINDIBLE

Rubén Hernández

domingo, 26 de enero de 2014

Sonrisas y Lágrimas


Pues muy brevemente: Montaje modesto y muy correcto, muy bien musicalmente, no tanto a nivel actoral.  Y esto ya, de forma muy personal, qué gracia ver a Loreto Valverde!

Rubén Hernández

miércoles, 22 de enero de 2014

Un jeta, dos jefes


Nunca hasta ahora había tenido ocasión de ver una obra de teatro fiel al formato Comedia del Arte...miento, había visto Comedia del Arte en estado puro y me había parecido un peñazo insufrible!  Pero como sé que en materia de arte (menos el pictórico) me suelen gustar más las cosas clásicas que las "modernas", sólo era cuestión de esperar a que alguien apostara por un proyecto como éste, que viene precedido de un éxito abrumador en Londres.  Quienes han apostado no son otros que Tricicle y Dagoll Dagom, y éstos no suelen errar en la jugada.

No haciéndome demasiado caso a mí mismo en los momentos en los que me sentí ridículo riéndome con bromas del nivel de José Luis Moreno (por no decir de los payasos de la tele), puedo decir que pasé un muy buen rato.  Es bonito sentir la inocencia de reír con humor blanco, con básicos de la comedia a nivel universal.  Es interesante ir descubriendo todos y cada uno de los personajes que recrean las máscaras de la comedia.  Es muy intrigante tratar de descubrir si la parte de improvisación obligada de la comedia del arte es o no guionizada.  Muy buen trabajo por parte de los actores.  Muy muy acertado los "números musicales" de los cambios de escena...

Vamos, que recomiendo ir al teatre Victoria (a sabiendas de lo que vas a ver, eso sí)

Rubén Hernández

sábado, 18 de enero de 2014

Jo Mai


Lograr un éxito tan rotundo como el que obtuvo Iván Morales con "Sé de un lugar" tiene una parte amarga bien clara: la expectativa por tu siguiente proyecto.  Imagino que por eso para esta pieza decidió volver a contar con Xavier Sáez, rodeándolo esta vez de jóvenes actores todos ellos muy televisivos, pensando que así estaría a la altura de las circunstancias.  Escoge un texto sobre violencia de género en un bario marginal, mete con calzador los problemas que puede dar convertirse en celebridad televisiva, le añade música ruidosa en directo (valor seguro para hacer vibrar al público en la sala), un personaje a lo Luisma de Ahída que se sabe puede cautivar al público más facilón... y que yo recuerde ahora, poco más.

El resultado: PRETENCIOSO y mediocre.

Rubén Hernández