martes, 1 de febrero de 2011

MAGNIFICAT



Para mí es un gran orgullo hacer esta entrada en nuestro blog, ya que significa "dos primeras veces" en la reciente vida de este espacio.

En primer lugar, y la más importante, es la primera vez que Rubén hace temporada en una sala comercial de Barcelona.  Su valiente decisión de abandonar todo en su Valencia natal para profesionalizarse como actor empieza a dar sus frutos.  Pasquale Bavaro tiene todo que ver.  Por la parte que me toca, siempre lo tendré presente.

En segunto lugar, y ésta ha venido sin buscarlo, es mi primera vez como productor ejecutivo de la compañía El Somriure Bàrbar.  Nuevamente, Pasquale Bavaro tiene mucho que ver.  Espero que el camino sea largo (que duro ya sé que va a ser).  No sólo quiero mencionar a Pasquale.  También quiero nombrar a Lara Salvador, Esperança Crespí y a Albert Pérez.  Junto a ellos, los Rubenes, formamos la compañía El Somriure Bàrbar.

Y ahora sí, haré mi crítica del espectáculo.  Como siempre breve, ya que ese es el formato de este blog.

Magníficat es una obra de teatro muy singular.  En realidad, como a su director le gusta decir, es más bien un Cabaret... un Cabaret Místico.  En él podemos ver escenificados pasajes bíblicos que nos explican el origen de Santa Eulàlia, nos relatan la historia de Santa Caterina de Siena, nos entretiene con la leyenda de la Santa Nina,  o nos relata la dura persecución política a la que fue sometido Mossèn Cinto Verdaguer.

Por otro lado nos sorprenden con unas plegarias de lo más ocurrente, un Apocalipsis formado por diferentes tribus urbanas, un Martirio flamenco, unos gamberros querubines o un Cristo que cambia sus llagas por rosas.

Si bien al principio podéis llegar a creer que os habéis equivocado y en lugar de en el Espai Brossa estáis en clase de catequesis, estad preparados para que el cambio de ritmo os lleve a salir de la sala con una sonrisa en la cara, eso sí, bien bendecidos por los actores.

Y una cosa más, no sintáis miedo si días después vuestra mente os lleva a hacer reflexiones sobre la fe.  Es poco moderno, pero quizá es inherente al ser humano, no creéis?

Rubén  Hernández

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