No existe ningún vínculo igual al de la familia, con connotación positiva y con connotación negativa. Al igual que los miembros de una familia aprenden a llevarse en aras del bien común, ciertos pasajes de la historia conjunta generan feos sentimientos que marcarán de por vida a todos y cada uno de los miembros.
Jordi Casanovas nos presenta en la tercera parte de su trilogía sobre la identidad catalana la que probablemente sea la obra más deliciosa que vayamos a ver esta temporada.
Rubén Hernández
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