Qué bonito ir al teatro un domingo por la tarde. Entrar un buen rato antes de que empiece la función y ver una orquestina amenizando la sala con canciones de ayer, hoy y siempre. Ver que el cantante es Jaume Sisa. Disfrutar de una exposición del universo de Juan Marsé a través de textos de varias de sus novelas, convertidos en obra de teatro con la eficacia de Pau Miró. Quedar satisfecho con la buena ejecución de los actores (sin florituras ni estrellatos), gracias a la experta batuta de Oriol Broggi.
Que vengan muchas, muchas más así!!Qué gustazo todo!
PD: Me preocupo un poco al darme cuenta que últimamente veo tintes políticos en cualquier manifestación artística.....la que nos espera....
Rubén Hernández
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