Sin lugar a dudas mi sitio favorito para ver teatro es La Casa de la Portera en Madrid. Allí todo es agresivo, intimidatorio, agitador, pornográfico. Dejas de ser un espectador para convertirte en un vulnerable elemento más de la escenografía, creyendo por momentos que debes intervenir en la historia...que tienes algo que decir en medio de un diálogo... que los personajes van a reclamarte que arregles la situación en la que están inmersos...
Si a la fórmula de la Portera le unes la intensa historia que Rubén Ochandiano ha escrito y dirigido, no te queda otro remedio que pasarte una hora sobrecogido en tu asiento tratando de esconderte caso de que algún personaje decida siquiera mirarte.
Muy recomendable el pack. Sólo por ser honesto con mi sensación al ver la obra, debo añadir que el actor guapo (Tamar Novas) o bien tenía un mal día, o bien no está a la altura de María Vázquez y Alejandro Casaseca, pues le vi menos metido en la historia que a mí mismo.
Rubén Hernández
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