El año pasado fui a ver a mi amiga Empar Capilla su Taller Integrat llamado Mediocres. Les auguré una buena continuidad para el proyecto, y así ha sido. Este año, me ha invitado a ver una nueva obra escrita por la misma chica y en la que mi amiga también aporta su gran profesionalidad y entusiasmo. ¡Cómo nos haces disfrutar, Amparo!
La obra me ha gustado mucho. Pondría algún "pero" en cuanto a la distribución de los tiempos, pues quizá el principio se hace un poco lento, pero no por ello dejaré de decir que esta chica tiene talento (Núria Vizcarro). Es muy enriquecedor para el espíritu ir a ver una obra de teatro que requiera que durante un par de días des vueltas al argumento y trates de sacar tus propias conclusiones. En mi caso, me quedo con la reflexión de que las vidas de las personas no difieren demasiado las unas de las otras, quizá en matices, pero en esencia no, y no por nuestra falta de personalidad o autenticidad, sino porque formamos parte de un gran engranaje llamado sociedad que deja pocos grados de libertad al individuo.
Destaco también el trabajo de Albert Mèlich, Mercè Sancho i Agnès Esquerra. El primero por zampárselo todo con alegría y buen hacer. La segunda por ser siempre la más elegante. La tercera por ser muy eficaz.
Rubén Hernández
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