Conozco el proyecto de La Casa de la Portera desde sus inicios, pues mi hermano Alberto Puraenvidia me ha ido haciendo partícipe de lo que está resultando ser un gran y merecido éxito. No voy a hablar aquí de la maravilla que ha conseguido con el local, para eso ya se está hablando en los foros apropiados, pero ciertamente, es una delicia.
Sí que debo hablar aquí de Iván-Off. José Martret es de esas personas que todo lo hacen bien. Pero de veras, con este Txèkhov es que se ha pasado. El montaje es muy fiel al texto original, y aún así, parece escrito para la ocasión. La manera en cómo ha trasladado una obra de gran formato a un local donde las distancias entre elenco-espectador podrían llegar a resultar ofensivas, es un mecanismo de relojería suiza. Pero es que la manera en cómo ha dirigido a los actores, no puedo decir otra cosa que ARTE. Todos y cada uno de los actores están PERFECTOS. Un auténtico placer poder verlos disfrutar como se nota que disfrutan. Digo placer, aunque seguramente no fue la imagen que di. Tras la función tuve que encerrarme en la cocina para poder llorar a gusto. Mucho.
Raúl Tejón, David González, María Salama, Roberto Correcher, Javier Delgado, Maribel Luis, Cristina Fenollar (cover de Rocío Calvo), Germán Torres y Cristina Alarcón: GRACIAS
Rubén Hernández
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