Conocí a Santi Senso de una manera muy particular, y desde entonces me produjo mucha curiosidad conocer su trabajo. Finalmente, y aprovechando un viaje a Madrid, tuve la opción de ser espectador de uno de sus espectáculos, de comentarlo con él, y de conocerlo mejor.
Sinceramente, creo que Santi es un personaje muy particular, y como tal, su propuesta artística-psicológica-performance, también lo es. Tras digerirlo (ayudado por él, aunque lejos de su voluntad) puedo decir que me gustó mucho. Si bien no acabo de entender muy bien qué busca él que sintamos nosotros como espectadores-colaboradores viendo su propuesta, sí tengo muy claro que él la disfruta, la exprime y la utiliza. Y es un gusto verle hacer todo eso. Y al parecer el gusto no sólo lo siento yo. Este chico tiene un largo recorrido y auguro que un pródigo futuro.
¿Es fácil provocar con desnudos integrales? ¿Es agresivo mirar al espectador a los ojos y obligarle a contestar preguntas? ¿Es peligroso hacer entrar en escena a un colaborador sin haberle dejado claro cómo va a acontecer la función? Conscientemente no explico nada más. Pero sí recomiendo que se viva la experiencia.
La función fue en la tienda de mi amiga Montse
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y sus actos íntimos
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Rubén Hernández
