viernes, 10 de febrero de 2017

Ragazzo

Nunca he simpatizado con los movimientos anti-sistema.  Nunca he comprendido cómo se puede vencer algo si no es desde dentro.  Nunca respetaré a quien por mucho que el sistema público funcione mal o esté hasta las cejas de corrupción, se tome la justicia por su mano y se convierta en otro parásito más del sistema.
Pero lo que nunca podré entender es cómo puede haber gente de la más baja fracción económico-social que defienda al poderoso convirtiéndose en perro de su amo.  Y para mí esta historia fue algo parecido a eso.  Por mucho que el ragazzo fuera un cafre, fuera un vándalo, fuera un hijoputa (que está por demostrar) ¿cómo coño un simple funcionario al servicio de un sistema corrupto se mete tanto en el papel de "soldado" hasta acabar matando a una persona?  En fin, cosas tan raras como que un gay que trabaje en Mercadona vote al PP en España.
La obra da un repaso "dulce" a la vida del chico asesinado en la manifestación del verano del 2001 y permite a un joven Oriol Pla demostrar que tiene un gran talento dentro y fuera del calzoncillo.  Quizá un poco pasado de revoluciones, pero un muy buen trabajo.

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