viernes, 19 de febrero de 2016

La piedra oscura


La guerra civil española, la crueldad de involucrar a jóvenes en asuntos de los que ni conocen el origen, la sociedad tan miedosa e ignorante que poblaba España tan sólo hace 80 años, la falta de recursos económicos, el dominio de la Iglesia, los bandos enfrentados, la homosexualidad perseguida... temas de los que pueda parecer que nada nuevo se deba aportar, se funden en una obra estupenda al servicio de dos magníficos actores que, ciertamente.... LO PETAN.  Debo recordar el nombre de Nacho Sánchez.  El de Daniel Graó ya lo recordaba.

Rubén Hernández

Olivia y Eugenio


Casi todas las familias tienen algún miembro con problemas similares a los de Eugenio, y quizá por eso empatizamos desde el minuto cero con la temática de la obra.  Pero si además se ha tenido que lidiar con este tipo de personas en situaciones más allá de una reunión familiar, pasamos a tener que ensalzar el trabajo que Concha Velasco hace para que la obra funcione a la perfección.  De verdad, sé que lo mío es pasión, quizá obsesión, pero gracias Conchita Velasco por permitirnos seguir disfrutando de ti en los escenarios. 

Rubén Hernández

jueves, 11 de febrero de 2016

Invernadero


La dirección de un sanatorio en el que al parecer se transgreden las normas y el decoro es el feudo de Gonzalo de Castro que magistralmente salta entre la gris realidad y el colorido absurdo.  Harold Pinter sí que me hace reír.

Rubén Hernández

jueves, 4 de febrero de 2016

Hotel Paradiso


Es curioso que no me gusten las comedias, siendo el reírme una de mis prioridades en la vida.  Voy a evitar esa pedantería de "a mí me gusta el humor inteligente" puesto que me inclino más hacia el humor absurdo, macabro o directamente gilipollas.  Lo dejaremos en que estamos frente a otra de mis contradicciones.
Por si no quería caldo, Paco me tenía preparadas dos tazas, y bien calentitas:  Compañía alemana, espectáculo sin palabras y con máscaras.
Pues bien.  Y bastante bien.  Unas máscaras a medio camino entre la ternura y lo grotesco, portadas por unos actores con matrícula de honor en "cuerpo y movimiento" me hicieron pasar un rato bonito, original y entretenido.  No reí, pero en algún momento esbocé mueca de sonrisa.

Rubén Hernández