Abel Folk ha ido a lo fácil. Ha cogido un "quasi-monólogo" muy potente y se lo ha aprendido que lo clava (a pesar de las interrupciones de los móviles de esas señoras que deberían mor...); ha cogido a un actor al que ha disfrazado de viejo para que, entre el poco texto y la evidente caracterización, resulte casi prescindible; y ha devuelto a los escenarios a Rosa Novell tras "superar" un cáncer que la ha dejado ciega con un papel que debió ser en origen brevísimo y al que ha dado un poco más de cuota, por eso de lucirla. Luego ha hecho unas cosas raras de luces y de romper la cuarta pared que ni gracia, oye. Pero como he dicho, ha ido a lo fácil, y gustar, gusta.
Rubén Hernández
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