jueves, 20 de octubre de 2016

In Memoriam, la Quinta del Biberó


Mi madre me ha marcado profundamente a lo largo de toda mi vida.  Una de las cuestiones que más gracia me hace recordar, y que es buena prueba de lo mucho que me ha marcado (o de lo mucho que me conocía desde bien pequeño) es en los disfraces que escogía para mí en Carnaval.  Sancho Panza (cuando era gordito), Pierrot (amaneradito), Cosaco Ruso (capa blanca con cuello de pelo), Jeque árabe (con blusa y abalorios suyos y maletín con dinero pintado por mi abuelo)... y de Soldado de la Quinta del Biberón (su amiga Rita le dejó el uniforme de su padre).  Y salí como tenía que salir.  O tuve la mente más abierta de lo que deseaba tenerla para exteriorizar lo que siempre fui.

Conocer la historia de la quinta del biberón me marcó mucho...y ahora que, como ya he dicho en muchas ocasiones, siento gran filia por la historia en general, ver esta pieza de Lluis Pasqual ha suscitado en mí reflexiones varias que comparto con la persona que amo.  Quizá esas reflexiones en común no hagan convertirnos en activistas políticos, pero estoy seguro que revisitar el pasado, darse cuenta de dónde venimos, ver los errores que siempre comete el pueblo, el oportunismo y la tiranía de los poderosos, los horrores de la guerra, la inocencia del ignorante... hará reforzar nuestras posiciones y principios.

Una muy buena forma de iniciar la temporada.  Viva el teatro y todos los pensamientos y conversaciones que surgen entorno a él!!

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